Marxaxlokk es la localidad pesquera por excelencia de Malta donde podemos encontrar las coloridas embarcaciones típicas del país, los luzzu, y degustar el mejor pescado fresco de este rincón del Mediterráneo
Es muy complicado, por no decir imposible, concebir el Mediterráneo sin sus tradicionales pueblos de pescadores donde parece haberse detenido el tiempo. Casas bajas y blancas, un paseo marítimo repleto de redes, una buena lonja de pescado, restaurantes muy auténticos y un sinfín de pequeñas barcas que cada día madrugan para traer el mejor género. Seguro que a muchos les resulta muy familiar este ambiente. Como buen país mediterráneo, Malta también ofrece un lugar mágico donde a todos estos ingredientes se le suma un colorido especial y único. Se trata de Marsaxlokk, el pueblo más pintoresco del pequeño país maltés y, por lo tanto, una parada obligada en un viaje a esta isla Mare Nostrum.
Ese arcoíris multicolor del que presume Marsaxlokk y que conquista al visitante se lo dan las pequeñas embarcaciones conocidas como luzzu. Se trata de barcas típicamente maltesas decoradas con colores muy vivos que, con el paso del tiempo, se han convertido en uno de los símbolos del país. Además de sus llamativas tonalidades, los luzzu se distinguen por tener a cada lado de la proa un ojo del dios Osiris. Esto se debe a una costumbre heredada de los fenicios y de los griegos que tiene el objetivo de traer buena suerte el pescador y protegerlo durante su travesía. El símbolo es tan representativo que se ha convertido en uno de los suvenires más típicos de Malta. Eso sí, el turista se podrá llevar uno de esos ojos en cerámica, mientras que los que se colocan en los barcos son de madera.
Marsaxlokk se encuentra en el sureste del país a sólo 11 kilómetros de La Valeta. Como relaté en el post de “Malta en cuatro días”, el reducido tamaño de la isla hace que las distancias entre unos puntos y otros sean mínimas, aunque el deficiente estado de muchas carreteras hace que los trayectos sean un poco más largos de la cuenta. Los que no alquilen coche (algo desaconsejable puesto que contar con un vehículo es vital para recorrer bien la isla) pueden llegar a Marsaxlokk desde La Valeta tomando los autobuses de las líneas 81 y 85.
El pueblo cuenta con un extenso aparcamiento junto a la calle Triq Il Wilga, por lo que no suele haber problemas para aparcar. Ese lugar es un buen comienzo para realizar una ruta por Marsaxlokk que se centra casi en exclusiva por su calle principal que transita por el paseo marítimo con la vista de las barcas luzzu por un lado y los restaurantes típicos por el otro. Eso sí, antes merece la pena detenerse ante la iglesia de Nuestra Señora de Pompeya, ubicada en una animada plaza con vistas al mar. Como ocurre con la mayoría de los templos en Malta, visualmente es muy atractivo a pesar de que su construcción es reciente (1890). La importancia de la iglesia en un pueblo de pescadores como es Marsaxlokk es enorme, teniendo en cuenta además el alto grado de devoción que hay en Malta. El motivo es simple: ha sido y es el lugar de refugio de las familias de los héroes que se echaban a la mar para pedirle a Dios que volvieran sanos y salvos.
El recorrido por el paseo marítimo de Marsaxlokk no supone demasiado tiempo por lo que la visita a este pueblo se realiza en apenas una mañana. Pero en ningún momento hay que tener prisa, ya que la caminata se debe realizar de un modo pausado y disfrutando de todo lo que este coqueto pueblo depara. Cada luzzu aporta algo diferente y junto a ellos podemos ver a algunos pescadores charlando junto a un montón de redes y a otros adecentando su embarcación con una buena mano de pintura. Estos profesionales aceptan de buen grado que sus herramientas de trabajo se hayan convertido en uno de los principales atractivos turísticos de Malta. Están orgullosos de ello y por este motivo quieren que sus barcas luzcan relucientes e impecables.
Mercado de pescado de Marsaxlokk
Los que acudan a Marsaxlokk un domingo por la mañana se encontrarán con un gran ambiente con motivo de su tradicional mercado de pescado. Aunque su nombre nos puede llevar a pensar que sólo se vencen productos del mar, lo cierto es que esta especie de lonja también cuenta con puestos de fruta, dulces, especias, bebidas y también suvenires. Todo un espectáculo para los que busquen algo más de bullicio. En nuestro caso acudimos un día de diario y el paseo marítimo también contaba con un mercadillo aunque limitado a recuerdos y algún que otro producto típico.
Comer en Marxaxlokk
Como nuestra visita a Marsaxlokk se produjo muy temprano y a mediodía ya habíamos terminado, no nos quedó más remedio que acudir otro día para disfrutar de otra de las delicias que ofrece esta población: su gastronomía. Malta no es un país es que distinga por la calidad de su cocina, pero Marsaxlokk es una bendita excepción. El motivo es muy simple: la presencia de pescado fresco a diario. Los restaurantes que se extienden a lo largo del paseo marítimo lo sirven a precios razonables y correctamente preparado. No es que tengan un recetario con grandes alardes, pero es sin lugar a dudas el mejor lugar para comer pescado en Malta.
En el restaurante nos ofrecieron el lampuki, especie típicamente maltesa que se captura entre los meses de agosto y noviembre. Pero preferimos decantarnos por una lubina que estaba exquisita. Tenemos una buena opinión de ese establecimiento ya que fue el único lugar de Malta donde nos hablaron en español y además tuvieron un trato excelente. Asimismo nuestra mesa tenía vistas hacía la bahía donde se concentran los luzzu, por lo que fue una agradable velada. Otro detalle es que te muestran la pieza de pescado antes de cocinarla para que el comensal compruebe que efectivamente es fresco.
Marsaxlokk nos dejó un muy grato recuerdo porque ofrece una cara diferente de Malta que no se puede encontrar en otro lugar. La vista de los luzzu sobre el azul intenso del Mediterráneo es una de esas imágenes imborrables ligadas al inolvidable viaje a este pequeño país.
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